lunes, 12 de enero de 2015

Sobre el escrache a Sergio Gaut vel Hartman

Circuló en estos días en escrache sin dar nombres. No voy a juzgar aquí a las personas que lo redactaron, ni al destinatario, que es Sergio GvH. Sólo puedo hablar desde lo personal; no me siento cómoda abriendo juicios de valor sobre otras personas, sobre cómo manejan sus enojos, sus frustraciones, sus fracasos y sus conflictos.
Me considero una persona agradecida, y puedo recordar muy bien que fue Sergio quien me animó por primera vez a participar de Axxón, al pedirme publicar un cuento. Yo hacía diez años que escribía "para mí". Sin mostrarles los cuentos nada más que a mi familia, y sabiendo que ell@s a través de su mirada amorosa siempre los encontrarían medianamente buenos.
También fue Sergio quien coordinaba en ese momento Taller 7, un taller muy serio en cuento al trabajo que allí se hacía, y gratuito. En ese taller y también en Forjadores, aprendí mucho sobre cómo se construían personajes, las tramas, la construcción de cuentos, buenas prácticas de escritura y detectar errores frecuentes de los que éramos principiantes.
Pero nunca me había considerado "una escritora". Escribía porque me gustaba, porque no podía dejar de escribir, siempre fue en mí una pulsión. Pensé que jamás iba a poder publicar en papel, porque no era lo suficientemente buena, así que me embarqué en lo que me pareció una oportunidad: el proyecto Tanamoshi, en 2010.

Fui parte del Proyecto Tanamoshi casi desde el principio. No recuerdo cuántas personas éramos (originalmente cuarenta, pero llegamos a ser ¿sesenta?); la idea era que íbamos a sacar una colección de 18 libros, y de esta manera, se venderían mejor. E incluso se habló de una segunda colección. Libros de 128 páginas, con tapa a todo color. El sistema fue poner dinero en cuotas mensuales (valor calculado en dólares) y sortear a quiénes les tocaba editar el libro ese mes. Cuando me anoté, Sergio me dijo que había al menos 4 libros ya "cerrados". Me anoté en todas las antologías que mi bolsillo me permitió, a duras penas, porque siempre fui docente. Como tengo mala memoria documento todo. 
Participé en lo que nunca fue:
Horizonte eventual (T-9, cuentos largos, de siete autores),
Las Hojas Vivas (T-13, antología poética),
Minimalismos (T-4, antología de microrrelatos, de 20 autores) --> sorteada para publicarse en Octubre de 2010, junto con "Cinco mujeres y otra cosa"
Pentagrama (T-16, antología de cuentos largos, con cinco autores).
Hasta donde yo sé, estos cuatro libros llegaron a completarse y corregirse. Yo pagué la totalidad de las cuotas que correspondían mi participación. Lo mismo puedo asegurar, si no de todos, de los que conozco que participaron conmigo.
De toda la colección planeada, salieron dos libros. Los primeros dos sorteados. Y ninguno más. Minimalismos y Cinco mujeres no salió.

En 2012, luego de varias idas y venidas, envié un mail para ver si nos reorganizábamos, para reactivar la propuesta y ofrecerme al trabajo, a ver qué se podía hacer.
No fui la única. A lo largo del tiempo que fue corriendo, muchos más preguntaron y se ofrecieron. Se ofreció ayuda en la lectura y corrección, en la reorganización, no sólo preguntas a ver qué se hacía.
Luego vinieron los pedidos de explicación, y sobre todo el pedido de que se blanqueen las cuentas.
Por parte de Sergio, siempre la respuesta era la misma: que estaba explorando otra editorial, que se había contactado con los viejos autores, que la propuesta no estaba muerta, que pronto nos escribiría con novedades.
Por supuesto, Sergio siguió con otros proyectos de edición, convocando autores para cuentos. A mí me convocó para la Antología del Tricentenario. El libro salió, y por fin pude verme publicada, y por esa publicación no puse un peso. Estaba muy contenta. Tampoco gané plata, desde ya.

A fines de 2012 sufrí un accidente deportivo, y en 2013 estuve recuperándome. Y tuve mucho tiempo para pensar. Entre otras cosas tuve tiempo para terminar mi novela, y pensé en Sergio para que fuera mi editor.
Volví a preguntarle por Tanamoshi... El último mail del grupo del proyecto, apoyándolo, dándole la confianza y aliento a Sergio, incluso por parte de la gente que hoy hace el escrache, fue en noviembre del 2013.
Por otro lado, no me terminó de convencer la manera de trabajo que me propuso para la edición de la novela, y los nuevos costos que eso me acarrearía (que claramente no podía pagar), y decidí no continuar la edición con él.
¿Influyó que no se supiera nada en concreto de Tanamoshi? Por supuesto que influyó en mi decisión la indefinición de Tanamoshi.

En ese momento, el dinero de Tanamoshi lo di por perdido. No así el proyecto. Pero tras ese intento de reorganización en noviembre de 2013, todo quedó en la nada. Nuevamente.

No vivo en Buenos Aires. Quizás algunos tuvieron la oportunidad de juntarse más seguido, de entender ciertas cuestiones que a mí se me escapan. Sinceramente, más allá de los errores que se cometieron por entusiasmo desmedido, o por irresponsabilidad de algunos, y no sé si tantos, no hubo un manejo claro por parte del Sergio. A la hora de dar explicaciones, "cuentas claras conservan la amistad", dicen. Aquí no hubo cuentas claras.

Hoy sí me siento escritora. Y decidí editar mi novela con otra persona. Quizás lo que tenga que decir en él no es tremendamente original, ni bien escrito. Pero es mío. Y quiero publicarlo. Y, si es posible, que sea un éxito.
Por otro lado, el libro "Cinco mujeres y otra cosa" salio editado en 2014, por fuera del proyecto.


Llegado a este punto... ¿Para qué escribo todo esto? Para que ustedes, si quieren juzguen las circunstancias con un poco más de información, con otra mirada.
Yo por mi parte, lo que necesito de Sergio es una declaración pública de que el Proyecto Tanamoshi, o Proyecto de Edición, tal como estaba concebido en ese momento, MURIÓ. FRACASÓ. SE TERMINÓ.
Dejémonos de dar vueltas, por favor, con algo que desde hace 4 años se viene estirando sin más resultado que enojar a la gente.

Lo que se podría haber hecho y no se hizo, no me interesa.
Lo que se puede hacer para reflotarlo, tampoco.
Quiero darle un cierre, y éste dista mucho de ser elegante.

Espero que Sergio me perdone no ser incondicional, pero la única persona con quien soy incondicional, es con mi hija.