domingo, 1 de noviembre de 2009

Murasaki

Esto no es cuento... pero tiene que ver con nuestro blog:

Veinte años después de que surgiera la idea de diseñar una rosa de color azul, un desafío botánico mundial, Suntory presentó su logro ante la atenta mirada de decenas de fotógrafos que trataban de captar con su objetivo las hojas aún moradas de la flor.

La empresa nipona Suntory, en colaboración con la australiana Calgene Pacific, lleva dos décadas intentando conseguir una flor azul, un objetivo perseguido por botánicos de todo el mundo y que hasta el momento se les había resistido. A pesar de la tonalidad violácea de la flor, el cien por cien de los pigmentos de sus pétalos es azul, motivo por el que, según la compañía, se puede calificar ésta como la primera rosa azul del mundo.

Bajo el nombre de "Suntory Blue Rose Applause", la flor será puesta a la venta en Japón el próximo 3 de noviembre, Día de la Cultura Japonesa o "Bunka", por un precio de entre 2.000 y 3.000 yenes (entre 22 y 33 dólares o entre 14,7 y 22 euros) la unidad.


El tono de la rosa, un violeta azulado llamado en japonés "murasaki" es muy popular en el país asiático, donde se aprecia especialmente ese color.

domingo, 20 de septiembre de 2009

Como la niebla, estás... (poesía) - Chinchiya

Como la niebla
inevitable, ubicuo
indefinido e incontrolable
por momentos, así te encuentro...
Pero te encuentro, ¡al fin!

Inevitable, porque te percibo
en los rincones de mi pensamiento
asomándote en mis frases hechas,
en mi manera de razonar
Y me descubro a mí misma
citándote, recordándote,
casi divertida.


Ubicuo, porque donde quiera que vaya,
estás conmigo de alguna manera intangible
Y te descubro en los libros,
en el jazz y en los parques
invitándome a disfrutar y aprender

Indefinido, porque por más que estés conmigo
no sé cómo...
Intuyo que puedo conjurarte
a través de tus subrayados rojos, para preguntarte cosas
y en la música mil veces escuchada,
descubrir nuevos sonidos, otros significados


Incontrolable, porque no puedo elegir
el momento en que aparecerás
ni por qué
ni qué cuerda de qué canción te podrá llamar
Sólo sé que te sigo extrañando,
sin importar la fecha de tu muerte

Ahora trato de inventar
nuevas formas de encontrarte,
que no estén atadas a los lugares que transitabas...
Hasta que un día me sienta rodeada
de esa manera intangible, como por una amada niebla.


(Publicado previamente en Qué divertida que es mi vida: http://chinchiya.blogspot.com/2008/08/como-la-niebla-ests.html)

lunes, 3 de agosto de 2009

La esquina de Teresa - Chinchiya

La primera vez que vi a Teresa, era un bebé regordete y simpático, que agitaba las manitos para que la alzaran. Su madre y la mía charlaban, despreocupadas, comentando lo saludable y tranquila que era la niña. Ese día, en la esquina más importante del barrio, habían abierto un negocio de cochecitos, mamaderas y otros productos para bebés. Y fue ahí cuando lo supe: esa esquina estaba ligada, sin lugar a duda, con la vida de Teresa. Cómo lo supe, es inexplicable, pero estaba seguro de que así era.
Yo tenía quince años, y para mí Teresa era otro bebé más en el vecindario, poco podía importarme. Aunque en realidad, había en ese bebé algo que me producía mucha ternura. Pero este pensamiento no ocupaba mi tiempo: terminaría pronto el colegio, y ya estaba trabajando con mi padre en su librería. Salía los fines de semana, por lo general solo, ya que nunca supe hacer amistades. De todas maneras, los libros son siempre una buena compañía.
Luego, en el negocio de la esquina, fueron incorporando la venta de juguetes para niños mayores y útiles escolares, a medida que Teresa crecía. Todos los días la veía jugando en la vereda, desde mi ventana, a veces sola, a veces con otros niños. Y cuando yo pasaba a su lado, me dedicaba una bella sonrisa en su carita redonda.
El negocio de juguetes, entonces, cerró, dando paso a una casa de lencería. Entonces, deduje que Teresa ya era una mujercita. Lo cual era bastante obvio, por otra parte: ella ya tenía trece años, era alta y su cuerpo había cambiado, tomando esas formas que atraen la mirada disimulada de algunos caballeros. Y su sonrisa ahora tenía un dejo de pícara. Yo ya estaba al frente de la librería, lo cual no me dejaba mucho tiempo para pasear por el barrio, pero siempre era un placer para mí verla.
De vez en cuando nos encontrábamos en la esquina, y nos saludábamos amablemente, por más que no nos hubieramos visto en un tiempo:
–¡Hola, Teresa!
–¡Hola Juan Manuel! ¿cómo te va? – y se detenía un momento a contarme de sus cosas y a preguntarme por mis actividades. Así fue como un día me enteré que ya tenía novio, y que él estudiaba ingeniería. Pensaba que quizás él terminaría trabajando para una empresa multinacional cuando finalizara su carrera.
La lencería creció demasiado, y decidió cambiar de lugar, y en esa esquina pusieron una casa de regalos para casamientos y artículos para el hogar. ¡Y claro! esa misma mañana, yo había recibido la participación de casamiento de Teresa con ese muchacho tan atento que era su novio.
Y entoces, dejé de verla por un tiempo. Se habían mudado al otro lado de la ciudad, y me pregunté si, quizás, la esquina había dejado de reflejar tan fielmente la vida de Teresa.
Pero no fue así, ya que la tienda de regalos comenzó a vender también cunas, y supe por una vecina, que Teresa había tenido un hijo. Sonreí para mis adentros, satisfecho de saber que, aún a la distancia, la esquina seguía vinculada con la vida de Teresa, y sabría de ese modo cómo se encontraba. Cosa que confirmaba cada vez que ella volvía al barrio a visitar a su madre, y pasaba por la librería para saludarme.
Luego la tienda cerró, y en su lugar pusieron un instituto de lenguas. “¡Qué extraño!”, pensé, “¿y ahora qué sucederá?”. Pero mi intriga no duró mucho porque me encontré con la madre de Teresa en el mercado. Me comentó, con una mezcla de orgullo y tristeza, que su yerno había aceptado un trabajo en el exterior. Vivirían en Londres, y él haría viajes cortos a distintos lugares de Europa, para supervisar unas centrales telefónicas.

Hace varios años que no veo a Teresa, y el mes pasado cerraron el instituto. El local estaba vacío, y sospeché que ella no se encontraba bien. Pero esta mañana, me di cuenta de que siempre la amé, y mi corazón se llenó de terror cuando vi la nueva oficina que están montando. Supe con certeza que no la vería más, y comencé a llorar, mirando estúpidamente la vidriera y el enorme cartel sobre la puerta: “Cementerio Privado Parque de la Paz”.

(Publicado previamente en Axxon:
http://axxon.com.ar/rev/171/c-171cuento11.htm
)

viernes, 17 de julio de 2009

El orden de las cosas - Chinchiya

Un hombre de frente a una ventana
Súper lúcida la mirada
Recorre el paisaje y no,
no es su interior, es luna.

Son sombras lejanas del bosque
Es algo raro en las estrellas

sonidos que inducen temor

Y también melancolía de esperar
De esperar

De Esperar que ella vuelva

y le diga: acá estoy mi amor no existe el olvido,
acá estoy, mi amor, de vuelta
he venido, lo puedes creer,
no existe el olvido, mi amor,
No existe.
(…)


Campanas En La Noche de Los Tipitos
Sé que ella ha llegado. Miro por la ventana y la siento cerca de mí sin verla, como si respirara en mi nuca y, sin embargo, todavía no ha bajado de la nave. La flota aún pasa sobrevolando Ciudad Xing-Xi, como saludando en silencio a los que nos hemos quedado aquí. Ciudad Xing-Xi, pomposo nombre para un pueblo perdido en medio de una despojada comarca, en esta colonia alejada del mayor de los conflictos bélicos.
Mis amigos me dicen que mi decisión ha sido en vano, que estos años y que esta guerra nos ha cambiado a todos. No me importa. El solo hecho de ver por fin a Radrya hará que mi esfuerzo haya valido la pena. El esfuerzo de la familia entera, claro. Durante décadas hemos programado vivir una semana de cada siete, sólo para esperarla, para que cuando ella vuelva no nos encuentre demasiado viejos. Erwin y yo también nos amamos y nos hemos hecho compañía, pero ambos la extrañamos hasta lo indecible. Por supuesto que al principio hubo celos, pero luego vinieron los hijos y entendimos que ambos somos sus padres. Todos conformamos una familia, y así es el orden de las cosas.
Ella es La Madre, la dadora de vida. Sus hijos han permanecido aquí, en la base, para que su estirpe no corriera peligro. Pero ahora me pregunto si en verdad había algún riesgo de perderla. Mas allá de la sangre, la huella imborrable que Radrya deja tras de sí es contundente. Ha influido en los acontecimientos muchas veces: es como si fuera un inmenso sol, que perturba con su campo gravitatorio el espacio que la rodea, que da luz en todas direcciones y no necesita de nadie para brillar.

Quizás esté exagerando. Quizás me desilusione, al fin, cuando la vea tras cinco relativos años de larga espera. El entorno ha cambiado y nosotros hemos permanecido. Nuestros hijos son adolescentes; nuestra hija, aún una niña.
Pero para todo el mundo han pasado más de treinta años y muchas cosas suceden en ese tiempo. Tecnologías se desarrollan y se transforman en obsoletas; la gente nace, crece y envejece; surgen tendencias culturales que luego pasan de moda… Nosotros hemos renunciado a seguir el ritmo alocado de la civilización, ese pequeño caos dentro de un gran orden. Nos contentamos con sobrevivir y permanecer unidos, lo cual no es poco aquí en este poblado donde se lucha todos los días contra la sequía y la escasez de provisiones debido a la guerra.
Ya que no podíamos conservar un trabajo regular, a lo largo de estos años nos hemos ocupado de estudiar y tratar de que eso dé frutos. Mantenernos activos, además de ser imprescindible, ha mitigado este tormento desgarrador llamado melancolía. Yo terminé una especialización en fotónica y dicto cursillos acelerados, y Erwin ha estado escribiendo y
dedicándose al arte multisensorial. Los chicos siguieron un programa normal, a través del asistente hogareño; ahora podrán volver a la escuela común, si es que todavía queda algo normal en este sitio, luego del arribo de las esperadas naves con el fin de las hostilidades. Los libros de Erwin, publicados con anterioridad a la campaña contra los tecnócratas de la Alianza Estelar, solventan nuestros gastos. Pero, puesto que somos una especie de extraño fenómeno que perdura en el tiempo, sus escritos se venden mucho más. Y todos esperan el relato del regreso de Radrya.

Por fin: ha llegado. La confirmación me llega por el canal de comunicación directa para avisarme que la familia debe ir a recibirla. Ahora ella es una heroína de guerra, esperarán que participemos de la ceremonia de bienvenida y condecoración; por supuesto, estaremos allí haciendo el papel adecuado a la ocasión. Su mente brillante y su intuición es la que ha hecho torcer el conflicto a nuestro favor; no hay nada más furioso y arrasador que una hembra que defiende su cría.

Allí está Radrya, con su cobrizo cabello flameando al viento. Mechones de canas lo surcan ahora, pero no hacen más que resaltar su esplendor. Desde la plataforma donde se encuentra hasta parece alta, ilusión que se rompe al acercársele un oficial que le advierte que hemos llegado. Está más delgada de lo que la recuerdo, y lleva puesto un ajustado vestido azul eléctrico. Los chicos pueden adelantarse corriendo con Erwin; yo iré después. Sé que el vínculo entre Erwin y Radrya es distinto que el mío. Yo siempre espero. Erwin va hacia ella, pero ella viene hacia mí. No es que me prefiera, es simplemente el orden de las cosas.

(publicado previamente en Crónicas de la Forja, Especial Nº7 "Naves cruzando el desierto")

PUBLICADO EN PAPEL EN LA REVISTA PRÓXIMA Nº16 (Primavera de 2012)

lunes, 13 de julio de 2009

El hombre inutil-Sofi

El hombre fue introducido en el gran salón por dos guardianes de la O.P.O.E[1]. Una intensa luz lo dejó ciego por un instante y la voz del representante de la O.P.O.E llegó a sus oídos.
-Informe su nombre-
-Ustedes ya saben mi nombre, de no ser así, no habrían ido a buscarme-
Sin cambiar el tono impersonal de su voz, el funcionario repitió la orden y agregó:
-Sus respuestas nos servirán para determinar su estado mental y físico. No empeore su situación desperdiciando el tiempo de los funcionarios del estado-
El hombre, con el mismo gesto resignado que lo acompañaba desde hacía treinta años (cuando la O.P.O.E se había formado como consecuencia de la U.M.E.P [2], luego de la tercera y última guerra mundial, cuando los pocos países que aún tenían combustible y alimentos se unieron para dominar al resto de la humanidad, manipulándolos con miedo, torturas y enfermedades) respondió:
-Juan Salvador Nadie-
-Ese no es el nombre que sus padres le dieron-
-Así es, es el nombre que elegí cuando la U.M.E.P se formó. El original lo olvidé-
-Informe el motivo de ese nombre-
-Ser un ser libre y anónimo a la vez-
-Lo que dice no tiene sentido-
-Lo mismo le decían sus compañeros a Juan Salvador Gaviota-
-Lo que dice no es comprensible-
-Lo sé, solo alguien inteligente sabría quien fue Juan Salvador y solo alguien libre de pensamiento libre lo entendería y usted no es nada de eso-
El funcionario se sintió violentamente incómodo pero continuó su labor
-¿Sabe por que ha sido traído aquí?-
-Si. Para ser “evaluado”-
El tono burlón que puso al decir “evaluado” no pasó inadvertido al funcionario, pero no quiso demostrarlo
-Informe su profesión-
-Bibliotecario-
-Sabiendo que será evaluado, ¿mantiene su respuesta?-
-Si. Puede que no sea conveniente, pero es la verdad. Podría decirle otras cosas, que también serían verdad, pero no son profesiones, más bien son aspiraciones y aficiones-
Los ojos comenzaban a arderle bajo la intensa luz blanca. El funcionario se sintió interesado, sin saber por qué.
-¿Que otras cosas?-
El hombre se tomó unos segundos para reflexionar.
-Lector y coleccionista de obras plásticas y musicales como aficiones, escritor y artista como aspiraciones-
-Sabiendo que será evaluado, ¿mantiene su respuesta sobre profesión, aspiraciones y aficiones?-
-Si-
Se mantenía tranquilo, pese al ardor en sus ojos y el dolor que las esposas magnéticas le causaban en las muñecas. El funcionario continuó preguntando
-Informe su edad-
-Sesenta y cinco años-
-¿Entiende que todo lo mencionado lo califica como un Ciudadano No Productivo?-
-Lo entiendo, pero no entiendo el motivo-
El funcionario, sintiendo que se le acababa la paciencia con aquel viejo imbécil, tratando de mantener la calma, explicó:
-El motivo es simple, su profesión consiste en conservar libros, los libros no existen, por lo tanto, su profesión tampoco-
El hombre, sintiendo que el bibliotecario que vivía en él se enfurecía, casi gritó:
-Los libros existen, solo que la O.P.O.E y la U.M.E.P no permiten que los ciudadanos accedan a ellos-
-Los libros existentes son ilegales bajo el estatuto de la U.M.E.P. Los ciudadanos acceden a la información y entretenimiento necesarios, el U.M.E.P se los provee, a través de las terminales de Intervisión, en forma controlada, y eso es suficiente-
El anciano, con ojos de fuego contestó-
-Esa es su creencia, su ilusión y utopía-
-No se le ha pedido ninguna respuesta y además le aconsejo no usar palabras obsoletas, no aceptadas por el vocabulario legal
El bibliotecario preguntó sonriendo
-¿Entonces, que sucede con mis aficiones y aspiraciones? Todos los ciudadanos tenemos derecho a ellas e incluso algunos son productivos gracias a ellas
El funcionario sintió que la impaciencia crecía dentro de él, se preguntaba por qué aquel hombre el hacia perder el tiempo, si ya conocía su respuesta. Respirando profundamente, para que su voz no se alterara, contestó:
-Sus aficiones no existen, no hay libros, ni obras plásticas o musicales que coleccionar y nuestros registros indican que en treinta años nunca ha usado su acceso de ciudadano a información o entretenimiento y sus aspiraciones son ilegales, al igual que todo lo llamado “arte”. Usted dijo artista, no dijo Realizador de entretenimientos e información masivas”. ¿Es esto lo que quiso decir?-
El hombre se permitió una carcajada burlona, antes de gritar:
-¡Qué el destino me libre de un empleo semejante! Eso no es una profesión ni una aspiración, es solo una categoría para un funcionario de la O.P.O.E –
-Es una profesión digna y útil para nuestra sociedad y no un hábito infantil, perverso e ilegal como lo que usted llama “Aspiraciones y aficiones”, cosas que ya no son necesarias para los ciudadanos.-
-¡Serán necesarias cuando los ciudadanos recuperen su humanidad!-
El funcionario, enfurecido y con el rostro pálido, solo dijo en voz baja
-Fin del interrogatorio. En vista de sus respuestas, Juan Salvador Nadie, ciudadano nº 203.574.816 es declarado a partir de este momento “Persona No Productiva”, perdiendo todos sus bienes, derechos y privilegios como ciudadano en forma inmediata y condenado a la eliminación, condena que será cumplida en las próximas veinticuatro horas. ¿Tiene algo que decir o algún pedido que hacer?-
Los ojos del hombre centellearon mientras reflexionaba. Después de un momento habló.
-Quiero ser eliminado en mi casa, de una forma que solo mi verdugo y yo conozcamos y que mi eliminación sea transmitida por Intervisión-
El funcionario se sintió sorprendido y complacido. Una eliminación con difusión masiva daría un gran impulso a su ya exitosa carrera en la O.P.O.E. Con voz fría contestó
- Me parecen pedidos fáciles de conceder-
-Una última cosa- dijo Juan Salvador. –Me gustaría mantener una pequeña charla con alguien antes de ser eliminado.-
El funcionario frunció el ceño y dijo
-Sabe que no puede pedir un predicador de ninguna clase, como sabe que las prácticas antiguamente conocidas como Religiones están prohibidas ¿verdad?-
-Claro que lo sé, de hecho, nunca fui un creyente. En realidad quisiera que mi último interlocutor, fuese usted, Señor Funcionar-
El funcionario caminaba con paso firme por las calles mugrientas de la ciudad, reprimiendo el asco que le producían la basura, los mendigos, las casas destruidas y la deprimente suciedad que lo rodeaba. Aquí, en estos sitios marginales, vivían todos los No Productivos que la O.P.O.E, con la aprobación de la U.M.E.P se dedicaba a erradicar, pero que aún, debido a los llamadas “leyes humanitarias” no podían ser eliminados, a menos que violaran algún estatuto.
En esto pensaba el funcionario. Los fines de la U.M.E.P y la O.P.O.E eran claros, pero los medios eran lentos. Los procesos de interrogación eran innecesarios y tediosos, aquellos seres nunca negaban sus actos ni su condición, de hecho el funcionario pensaba secretamente que los enorgullecían y este orgullo le causaba una profunda incomodidad, una oscura envidia, un sentimiento obsceno y prohibido. Él siempre había sentido satisfacción en sus funciones, hasta que comenzó a realizar interrogatorios, entonces supo, muy dentro suyo, que nunca había estado orgulloso de nada, que no sabía que era “ser honesto”, sentirse “libre” ó “dormir tranquilo”, frases que aquellos hombres y mujeres usaban con frecuencia. Claro está que nunca habló de esto, ni de sus pesadillas, ni de tantas otras cosas, con nadie. No quería que su eficacia fuese puesta en duda y mucho menos que una sonda psíquica fuese introducida en su cerebro. Casi sin darse cuenta, llegó al edificio donde habitaba Juan Salvador Nadie. Era un viejo hotel y las habitaciones, pequeñas y oscuras estaban ocupadas por sujetos tan inservibles como el bibliotecario. Cuando se abrió la puerta un olor a papeles viejos le llenó las narices y vio miles de libros, ordenados en estantes y mesas. Sin saludar, el funcionario preguntó mientras entraba:
-¿Sabe que toda esta basura será quemada luego de su ejecución?-
Le sorprendió ver como los ojos del anciano se llenaban de lágrimas, al tiempo que una sonrisa amarga aparecía en su cara, y volvió a preguntarle
-¿Por qué llora? ¿Le teme a la muerte?-
El bibliotecario pareció enojarse por un momento y luego respondió
-¿Y usted? Usted solo sabe hacer preguntas. ¿No sabe saludar, o lo que es un dialogo? Le diré por que lloro con otra pregunta. ¿Usted no lloraría si le dijeran que su familia, sus amigos, las personas que ha conocido y cuidado durante toda su vida, los únicos compañeros que le quedan, serán quemados como basura?
El funcionario, disimulando su confusión, contestó
-No sea necio intentando mentirme. Lo investigamos y usted no tiene familia o amigos, todos han muerto-
El viejo, con furia contenida, respondió
-Así es, perseguidos, torturados y ejecutados por la O.P.O.E solo por querer continuar siendo humanos, por negarse a convertirse en máquinas de carne y olvidar sus sentimientos-
El funcionario, sorprendido por las palabras de aquel hombre, sólo dijo
-Se negaron a cambiar, a avanzar hacia una sociedad mejor, más productiva, ordenada y segura-
-Más redituable, sometida, aburrida e ignorante, sin inquietudes ni ambiciones. Esto hizo la O.P.O.E a nuestro mundo. De todos modos, no pensaba en mis muertos cuando lloraba. Pensaba en mis libros-
El representante de la O.P.O.E se sintió incómodo, la misma incomodidad en la que pensaba de camino a casa de Juan Salvador y se rió nerviosamente, para disimular
-¿Lloraba por sus libros? ¡Vaya estupidez!-
En su interior, el viejo se sintió enfurecido, pero en lugar de demostrarlo dejó que el actor que habitaba dentro de él se hiciera cargo de la situación y dijo sonriendo
-Es verdad, una tontería de viejo, sin embargo, aún falta tiempo para mi ejecución y quisiera pedirle algo, además de disculparme por mis malos modales. ¿Por qué no toma asiento y bebe algo caliente?-
El funcionario se sintió sorprendido por el cambio del viejo, aunque de todas formas, aceptó sentarse, no bebió nada por que desconfiaba del hombre. El bibliotecario cerró la puerta con llave, se sirvió un café y mientras se sentaba, miró al representante de la O.P.O.E y preguntó:
-Señor Funcionario ¿Sabe lo que es un “doble agente”?-
El funcionario, sin titubear, negó con la cabeza. El viejo continuó hablando
-Un doble agente es un hombre que durante una guerra daba información de su país a alguien del país enemigo. Lo que más le va a sorprender, es que aún existen los dobles agentes-
-Eso no es posible. Ya no hay guerras-
-Pero si hay dos bandos, mi querido señor. Están ustedes, los representantes de la O.P.O.E y la U.M.E.P y nosotros, los inútiles-
El funcionario sintió que empezaba a transpirar. De un salto se puso en pié y casi gritó
-¡Eso es imposible¡ Usted intenta parecer un demente para que su ejecución sea detenida-
-Se equivoca, ustedes han sido traicionados con un objetivo y mi ejecución es parte de ese objetivo. Algunos traidores son personas nobles que entendieron nuestra causa. Otros, como Judas, han sido traidores por treinta monedas de plata. En conclusión, mi ejecución será retrasada unas tres horas. Tiempo que utilizaré para explicarle al mundo cuales son los errores de la U.M.E.P y la O.P.O.E. Por que no podemos seguir bajo este gobierno autoritario y egoísta. Por supuesto, mi muerte y la suya darán más fuerza a mis argumentos. De hecho, ya estamos en Intervisión.
El funcionario corrió a la puerta, pero el viejo le mostró la llave que estaba en su mano y luego la arrojó por la ventana
-¿Qué hará conmigo?- preguntó aterrado el funcionario
-Nada cruel, se lo aseguro. Solo le contaré algunas historias, mis compañeros, los libros, me ayudarán. Usted no se dará cuenta de que tres horas han pasado, por que serán las tres únicas horas de su vida en las que se sentirá vivo. Luego de ese tiempo, todo este lugar explotará y todo terminará para nosotros-
El funcionario, vencido y extrañamente curioso, se sentó resignadamente y esperó.
El bibliotecario, antes de sentarse, tomó un objeto redondo y lo colocó en un polvoriento artefacto, que parecía muy antiguo, mientras decía
-¿Ha escuchado música alguna vez?-
-Claro que sí-
-No señor, yo le pregunto si ha escuchado Música, no esos horribles sonidos artificiales y repetitivos que aturden nuestros oídos todo el tiempo, en todas partes-
-No sé de que habla-
-De esto- dijo el viejo, mientras accionaba el artefacto y el Himno a la alegría de Beethoven inundaba la habitación. Ante la música, el funcionario se sintió sobresaltado, pero en pocos minutos la belleza y la armonía de los sonidos sorprendieron su alma y una emoción hasta entonces desconocida lo embargó.
El bibliotecario notó la emoción del funcionario y sonriendo dijo
-Señor Funcionario, lo felicito sinceramente, está claro que su alma no está mutilada y que sus sentimientos solo se encuentran dormidos, es usted diferente a muchos de sus colegas. Por eso le pedí que venga.-
El funcionario sintió lágrimas rodando por sus mejillas y pidió:
-Juan, por favor, dígame por qué lloro si siento alegría, por qué siento alegría si pronto moriré, no logro entenderlo-
Sin dejar de sonreír mientras daba al funcionario una taza de té, Juan contestó:
-Eso, mi querido señor, son emociones. Las emociones, el alma, son las cosas que nos hacen humanos, no solo la razón. La razón solo nos distingue de los animales y no creo que eso sea tan bueno.-
-¿Dice que los animales se emocionan?-
-Claro que sí, pero usted no lo sabe por que la U.M.E.P no le ha permitido tener uno. Un hombre llamado Sigmund Freud, en el pasado, descubrió muchas cosas sobre las emociones y el razonamiento, sus descubrimientos ayudaron a muchas personas, pero finalmente las únicas emociones, los únicos sentimientos que predominaron en la humanidad fueron y son el Odio y el Miedo. Por ellos estamos así en nuestro mundo, pero, pero cuando las personas vean que existen muchas mas ideas, emociones y sentimientos tan fuertes que hasta un funcionario no puede resistirlas, dejarán de temer y se rebelarán ante del odio y el miedo. Entonces la U.M.E.P sentirá el Miedo y eso será glorioso-
-Juan, ¿Qué otras cosas despiertan emociones? ¿Que otras cosas conoce que me han negado?-
Entonces Juan tomó un libró y habló al funcionario de las antiguas civilizaciones, de la cultura, el arte y la mitología griega, de las maravillas construidas por los egipcios. También le habló de Jesús y sus milagros y de esa oscura Edad Media donde en el nombre de Dios se masacraban poblaciones y se ocultaban celosamente conocimientos, una época triste, parecida a la que ahora vivían. Habló y narró cuentos clásicos para niños, donde siempre la bondad y la belleza triunfaban sobre el mal y el horror. Le contó que el arte ha sido el gran pilar que siempre ha servido a la humanidad para expresarse, para revelarse y rebelarse y hasta para burlar a la muerte. Ante cada tema, Juan tomaba un libro diferente o mostraba una pintura. Hasta que una alarma chilló con estridencia. Ante el ruido, el funcionario pareció reaccionar, estaba confuso.
-¿Que es eso?-preguntó
-Faltan diez minutos para que la muerte venga por nosotros-
-¿Es la muerte como me la ha contado? ¿Como la imaginaron Poe o Shakespeare?-
El bibliotecario sonrió
-Has sido un maravilloso alumno, mi querido funcionario, pero pronto todo terminará-
-¡NO!-gritó el funcionario-Debemos salvarle a usted y a sus libros, sus pinturas y su música, debemos devolverlos al mundo para que entiendan lo que han perdido-
-No te preocupes, hijo. Mis materiales más valiosos ya han sido protegidos-
-Pero moriremos en vano-
--Claro que no. Las ejecuciones vistas hasta ahora han sido de pobres hombres como yo, llenos de miedo, ejecutados por pobres hombres como tú, llenos de ira. Esta será diferente, todos los revolucionarios del mundo están listos para recibir a aquellos que quieran sentir y ni siquiera la U.M.E.P podría con ellos. ¿Tienes miedo?-
-No. Solo tristeza por no haber conocido antes mi alma-
-Entonces pongamos de nuevo nuestro himno y que la muerte nos encuentre sonriendo y cantando-.
Juan puso nuevamente el Himno a la alegría y mientras él y el funcionario cantaban y reían y arrojaban libros al aire, una gran explosión sonó en la habitación y todas las terminales del mundo se iluminaban con un río de fuego.
Luego el silencio se apoderó de todo, pero todos los ciudadanos ya corrían por las calles para buscar su alma y su humanidad perdidas.

[1] Organismo de Programación de Oficios y Economía
[2] Unión Mundial para el Ejercicio de la Paz

A tí, que sabes aguzar el oído - Chinchiya

¿Has escuchado a Gob, el caudillo de los gnomos? Se halla preocupado por el estado de los bosques. Día a día sus amados árboles van desapareciendo. Sospecha que ese ruido infernal, de un mecánico taladro, tiene que ser la causa.

¿Has prestado oídos a Paralda, el líder de los silfos? Se encuentra intranquilo por el estado del aire. Día a día los cielos se tornan más grises y los vientos ya no son refrescantes. Recela de las grandes construcciones que exhalan un calor agobiante y malolientes, con su aliento impuro.

¿Te has enterado de los lamentos de Neckna, la reina de las ninfas y sirenas? Se halla perturbada por los ríos y los mares. Día a día las aguas cristalinas se convierten en oscuros torrentes, y los seres vivientes que las habitan sufren a causa de ello. Desconfía de esos metálicos y enormes peces.

¿Has percibido la aflicción de Djin, señor de las salamandras? Se angustia por los fuegos. Día a día las llamas se tornan menos brillantes y de colores anormales. Teme por las numerosas fogatas que despiden un humo negro y pesado; las lumbres no pueden purificar esos objetos extraños que tocan.


Los espíritus elementales están clamando por ayuda para detener una calamidad que ocurre poco a poco en el mundo entero. Pero, ¿cómo harán para detener esta transformación de la Tierra? Habitantes de elementos diferentes, ¡difícilmente podrían unir en un mismo sitio agua, tierra, aire y fuego!


Ven hermano, ven hermana, y hagamos una fogata cerca del mar a la luz de la luna. Buscaremos del bosque la leña más aromática y seca, nos sentaremos en la arena en la pleamar y esperaremos a que la suave brisa avive el fuego. Así los cuatro espíritus podrán comunicarnos la magia de sus reinos.


Ya sabes, si ves una fogata a la orilla del mar, acércate y maravíllate escuchando sus voces ancestrales…

(publicado previamente en Revista Digital miNatura #85, Abril-Mayo de 2008)

lunes, 6 de julio de 2009

Me cansé de no ser un sentimiento - Sofi

Ella caminaba de un lado a otro, los pliegues de su vestido, destellaban colores diferentes en cada movimiento. Estaba nerviosa, fumaba, y cada tanto tomaba alguna píldora con un trago de su bebida favorita. Enlazaba sus manos crispadas o se pasaba los dedos entre su cabello enredado y hablaba sola, estaba realmente furiosa. Se detuvo un momento, como quien tiene una idea, se sentó en su escritorio de coral, tomó del aire un hermoso papel color sepia y con un lápiz de ébano comenzó a escribir una carta, que decía, mas o menos, asi:
“Queridos compañeros sentimientos:
Estoy cansada, harta, furiosa con ustedes. No es posible que ante cada evento desgraciado que causan un nuestros amados Humanos, la responsabilidad sea mía. Digo amados, por que, hasta para vos, Odio o para vos, Furia, los Humanos son amados, digo, no existirían sin ellos ¿no?
Y ya que estoy, comienzo por Uds, mis queridos Odio, Furia, Ira, Dolor, Miedo y Celos (disculpen si me olvido de alguien de su clan de Negativos, ¡pero es que estoy tan enojada!)
Me gustaría saber por qué cuando alguno de Uds. entra en un Humano, llevándolo a cometer crímenes atroces, a sufrir dolores interminables, etc., inmediatamente la responsabilidad de sus actos y sentimientos es mía. Hasta el mismo Dios que nos ha creado se salva, pero yo no, siempre soy la más nombrada. “Enloqueció de odio” o “El dolor le hizo perder la cabeza”. Asi sentencian todos. ¿Qué cabeza? La mente es solo un instrumento que nos permite estar presentes en los humanos, para que sean conscientes de nosotros, aunque nuestro lugar es su alma, asi que la mente, no tiene nada que ver, sin embargo, aunque se dice que los sentimientos causaron los problemas, yo soy la responsable, la consecuencia.
Tengo mas cosas que decirles a Uds. pero mi carta sería muy larga. Voy a dirigirme ahora a sus Majestades, los reyes, los soñados, los favoritos de todos los Humanos. Sus Majestades: La Felicidad, La Alegría, La Paz y por sobre todo, el Rey de Reyes: El Amor. Además del hecho obvio, de que casi nunca nadie es capaz de relacionarlos conmigo, excepto en tono burlón. “Anda loco por una mujer” por ejemplo, aunque el mensaje en realidad es “Está estúpido por una mujer”, decía, nadie los relaciona conmigo, hasta que hacen algo mal, claro.
Por ejemplo, a ver, Sra. Felicidad, ¿Qué pasa cuando te aburrís de un humano, después de hacerle sentir lo hermoso de tenerte y le pedís a alguien, generalmente un Negativo, como el Dolor, (que siempre está dispuesto) que te reemplace? O cuando nuestra querida Princesa Alegría decide salir a pasear un rato por un alma nueva y le dice a la Tristeza que la cubra, que para colmo de males, no va ningún lado sin su amiga Melancolía. Enseguida, cuando nuestro pobre humano cambia de ánimo por que Uds. lo abandonan, ahí vamos de nuevo. “Loca de tristeza quedó” o “Estaba tan feliz que ahora quiere matarse, es un disparate” Otra vez yo, madre de todos los males del mundo y encima rebajada a la categoría de “Enfermedad”.
Dejo un párrafo aparte para el Supremo Rey, Señor Amor, sí, a vos te digo. Sos tan vanidoso, siempre creyéndote el mejor de nosotros. Decime ¿Por qué te entregás a un par de enamorados y los hacés dichosos? Si después, solo por diversión y ver que pasa los dejás solos, aunque sabés que sufren, que presienten que vas a alejarte y no te importa y dejás que la Soledad ocupe todos tus espacios. Lo único que no puedo decidir es si esa conducta es mejor o pero que tu otro juego perverso: eso de presentarte ante un alma, que ya se encuentra enamorada de otra, la unís a una tercera y jugás con su sensibilidad, les presentás a Culpa y Tentación para que te ayuden a dividirle el corazón después de que le hiciste promesas, le presentaste a la Felicidad y a la Fidelidad y le diste Ilusiones que incluían la frase “Para siempre” y a veces llamás a ese otro sentimiento, la Infidelidad para confundirla aun más.
No entendés, pobre y soberbio Amor, que sin mí, sin mis amigos marginados y juzgados, pero sentimientos al fin, como La Lujuria, La Pasión, El Deseo, La imaginación, vos no existirías. Y sin embargo, a nadie lo aíslan si es feliz por amor, si sigue las reglas de los buenos sentimientos. Que poder tienes, como mi enemiga eterna, La Hipocresía. Ella es la que a todos ayuda a jugar con las almas y los corazones y por supuesto, nadie le dice nada.
Solo mis amigos me aceptan como soy, me quieren y me consideran tan necesaria y sentimiento como los demás.
Pero ninguno de Uds. conoce la frustración que causa saber que una es también un sentimiento y no una “enfermedad” y ver a aquellos seres que me llevan en su corazón, ser juzgados, perseguidos, marginados, encerrados, señalados y escondidos, solo por seguirme a mí y mis amigos.
Me cansé de que todos digan que mis seguidores son “enfermos”, “diferentes, “inconcientes”, de que algunos humanos tengan Miedo de que yo los visite.

Me cansé de que estar enamorado, celoso o feliz sea mejor que estar loco. No quiero que nunca más me digan que todos los males del mundo son causados por mí.
Me cansé de que no se enteren de que lo único que causo, en los que son suficientemente sensibles para entenderme, es inspiración, ideas, ganas de cambiar, formas de evolucionar, inteligencia, de que no se enteren de que gracias a mí y mis amigos, existen el arte, las invenciones, los sueños y las ilusiones.
En fin, me cansé de ser “Una Enfermedad” no “Un sentimiento”, asi que me voy, sé que los locos de amor, los artistas, los inventores y los científicos, los apasionados y los soñadores no me olvidarán jamás y eso me enorgullece.
Ahora Uds. Sus Majestades Los Sentimientos, sean responsables de mundo. Yo La Locura, me voy. Si me necesitan, quizás vuelva, pero lo dudo. Solo los que me disfrutan y no me cuestionan nunca me perderán, por que me llevan en su corazón. A los demás Humanos y a Uds. les deseo suerte, pero llorando y con una sonrisa, como una loca, me voy.
Terminó su carta, la envió, tomó su liviano bolso de espuma de mar, su espejo de luna, peinó sus cabellos de luz y se fue de este mundo.
Por suerte es mi amiga desde que nací y antes de irse me dijo que el Amor me iba a confundir, a herir y a alegrar, pero que le hiciera que le hiciera caso a ella y a mi corazón, aunque me digan Loca, aunque te digan Loco, por que es cierto, ESTAMOS LOCOS y no nos importa, por que en esta locura nos sentimos vivos. Eso sí, creo que mucha gente se dio cuenta de que se fue y ahora el mundo es un lugar más triste. Yo no la extraño por que te tengo a vos y ella me visita de vez en cuando y me dicta cuentos y poesías, pero espero que vuelva pronto, cuando entendamos que los verdaderos enfermos son los que nunca la han conocido.Pobrecitos de ellos.

Sofi

sábado, 4 de julio de 2009

El breve romance entre el orco y la elfa - Chinchiya

—¡Ugh! —dijo él, cuando estuvieron a solas.
—¡Oh! ¡Eres tan simpático! —dijo ella, encantada, y rió.
—¿Ugh? —el orco ladeó la cabeza. No le gustaba nada que se rieran de él.
Sacó su hacha y le partió la cabeza al medio.

(Publicado previamente en Axxón - Cuenta regresiva:
http://axxon.com.ar/rev/174/c-174axxcr1.htm)