viernes, 24 de agosto de 2012

Es tu cumpleaños y quiero besarte - Sofi



Es tu cumpleaños y quiero besarte
(más allá del Facebook)

Para Martín Adrián Ramos, por que su ser nos sigue llenando de luz y para Laura Ponce, quien lleva el "mientras tanto" mejor que nosotros y nos da fuerzas, siempre 

Sobre una idea original de Cristian Gainza

Prólogo:
Buenos Aires, 3 de agosto de 2010
-¿Juan Pablo, donde estás?-
Eliana no podía dejar de hacerse esa pregunta, una y otra vez. No podía pensar en nada más que en él, en cada cosa que vivieron juntos desde que se conocieron, el día que ella cumplió quince años....


1ra Parte.
Buenos Aires, 15 de marzo de 1993
Solamente habían pasado dos horas de la fiesta y Eliana ya no aguantaba más a nadie. Ella no quería una fiesta, lo único que pidió fue una buena cámara de fotos, un equipo de audio y que la dejaran ir a un bar con sus amigas a ver tocar a Los Piojos. Pero no, si quería la cámara y el equipo no había recital y se bancaba la fiesta, si no, se quedaba sin nada.
Ahora, cuando todos bailaban, después de saludar parientes que ni conocía y poner cara alegre para sacarse mil fotos nada espontaneas por fin debería estar disfrutando, pero no, tenia rabia y ganas de llorar; desde el primer tema después del maldito vals que bailó con su papá, Natalia, su mejor amiga no se despegó de Ramiro, el chico que le gustaba a Eli desde hacia dos años.
-”La muy atorranta”- pensaba Eliana-”Se lo come con los ojos y encima me sonríe, pero cuando termine la fiesta ¡la mato!-
-¿Querés cerveza?- La voz la sobresaltó. Era Juan Pablo, el amigo de Ramiro que le ofrecía un vaso. Estuvo a punto de decirle que no, pero tomó el vaso y mandando el mundo a la mierda en su cabeza, lo vació de un trago.
-¡Epa! ¡Despacio nena!- ella lo miró con bronca
-¿Por que me decís nena?-
-¡Y si apenas tenés quince!- y le guiñó el ojo - “Otro plomo” - pensó Eliana y le preguntó
-¿Y vos cuantos tenés?-
-17- le dijo, mirando a Ramiro y Natalia que dejaban de bailar y salían de la mano al patio del salón.
Ella también los vio y tuvo ganas de salir corriendo, pero en vez de eso le pidió a Juan más cerveza.
-¿Estás loca? Si tu vieja me ve, me mata, si es que el aburrimiento no me mata primero...perdón pero la fiesta está dormida. ¿Te gusta Ramiro, no?-
Eliana se sorprendió y sin decirle nada, asintió con la cabeza, tragándose el nudo que tenía en la garganta.
-Bueno, no importa. Si te gusta la música y todavía querés cerveza, cambiate que te espero en la puerta en diez minutos- Y se fue antes de que ella pudiera decirle nada
No quiso pensar, si pensaba no lo hacía. Se puso el jean y la remera que pensaba usar al final de la fiesta, se soltó el pelo y escapó del salón para encontrarse con Juan Pablo que la esperaba sentado en una moto.
-Así estás más linda, Fugitiva. Subite- ella dudó un segundo
-¿Donde vamos?-
-A un bar, a ver a Los Piojos ¿te gustan?- Eli no lo podía creer
-¿En serio?- Juan Pablo se rió
-Y si nena, tenés que festejar tus quince, ¿no?- y se fueron juntos
Después de tres horas de cerveza y cantar hasta quedarse sin voz Eliana ya se había olvidado de Natalia, Ramiro, su madre y la fiesta.
Antes de subirse a la moto, miró a Juan Pablo y le dijo:
-Gracias, soy super feliz- él le agarró la cara y mirándole la boca, confesó
-Es tu cumpleaños y quiero besarte-
y la besó, con un beso intenso y largo, después le dijo
-Te llevo a tu casa-
-No quiero, ya sé que me van a matar, que estoy loca, pero no quiero, quiero estar con vos-
Juan Pablo la miró pensativo
-¿Estás segura?-
-Si, bien segura-
Y él la llevó al departamento donde vivía con su hermano. Hicieron el amor de mil formas, explorándose y conociéndose en cada minuto, hasta quedarse dormidos bajo el sol del mediodía. Al despertar el deseo los dominó de nuevo y después Juan la llevó a su casa y Eli recibió el sermón mas largo de toda su vida, pero se fue a dormir con el sabor de Juan Pablo en la boca y su olor en la piel.
Mantuvieron una relación clandestina durante más de un año. Lo que para Eliana había empezado como una historia de amor se convirtió en una montaña rusa de sensaciones cada vez que él la miraba y esa nena que Juan Pablo se había llevado a la cama “como una más” pasó a ser la única mujer que podía consumar todos sus deseos.
No eran novios, no estaban enamorados, ni eran amigos. No nada tenían nada en común, salvo la música y ese deseo que los fundía en una sola llama cada vez que estaban juntos.
Dos semanas después de que Eliana cumplió 16 años, ella y su familia se mudaron a Uruguay. Cuando se fue no veía a Juan desde su cumpleaños. Habían pasado juntos todo ese día en una habilitación de hotel, deseándose tanto que les dolía, entregándose hasta casi perder la conciencia y cada vez, Juan le repetía,
-Es tu cumpleaños y quiero besarte-
Eliana no pudo despedirse de Juan y cada uno siguió con su vida, sin llantos ni lamentos, sencillamente, ya no se vieron, hasta que el destino los cruzó siete años después, en el lugar y el momento más inesperados...

2da Parte.
Angra dos Reis, Brasil, 14 de marzo de 2001
Juan entraba con su mochila al hombro, como siempre, al hotel donde Eliana pasaba su luna de miel cuando chocó de frente con ella y su marido. Mientras el tipo levantaba los bolsos y la mochila de Juan, él y Eliana no dejar de mirarse, Solo cuando el marido dijo ¿Vamos Eli?, volvieron a la realidad, con esa sensación de fuego que los quemaba por dentro.
A Juan no le llevó mucho tiempo averiguar los hábitos y horarios de Eliana su marido, una vez instalado en el hotel y hasta encontró la forma de quedarse solo con ella al día siguiente, cuando su fugitiva cumplía 23 años.
Eliana no tenia ganas de levantarse ese día, perdió todo el entusiasmo por Angra dos Reis, desde que vio a Juan Pablo. En esos segundos sintió ese vértigo que siempre la invadía bajo su mirada, ese recuerdo de placer anticipado. Nunca había olvidado del todo el olor de Juan, ni el gozo que experimentaban juntos...!y esa maldita llamada a la puerta, una y otra vez! Su marido se había ido a nadar, bien temprano, como siempre, después de darle su regalo y anticiparle que se verían para almorzar y ella estaba de mal humor, harta del hotel, la playa, las mañanas sola, su cumpleaños y la puta luna de miel.
Se levantó dispuesta a gritarle a quien fuera que golpeaba y se quedó congelada mirando a Juan Pablo que la comía con los ojos mientras entraba al cuarto y le decía al oído “Es tu cumpleaños y quiero besarte” con la voz cargada de deseo.
No lo pensaron ni lo planearon, tampoco dudaron, solo sucedió, se entregaron a ese deseo que los colmaba cada vez que estaban juntos, que los envolvía en un calor de incendio y un olor animal, ácido y salvaje.
Antes de irse, Juan le regaló una foto de la moto en que se habían escapado la primera vez , ocho años atrás, le contó que estaba en Brasil por trabajo y se fue , callando todas las preguntas de Eli con un beso que la dejó sin aliento.
Todo ese día, se pensaron, indiferentes a lo que los rodeaba y sin ponerse de acuerdo, al amanecer del día siguiente, estaban en la playa, se fueron en la moto nueva de Juan, para buscar un lugar alejado para poder devorarse libremente y hacia el mediodía, él se registraba en otro hotel, así estuvieron durante 3 días y hubieran seguido si el marido de Eli no hubiera sido convocado a Buenos Aires por trabajo. Ella no pudo avisarle nada y cuando subía al avión, mentalmente renunciaba a él. Otra vez...

3ra Parte.
Buenos Aires, 14 de marzo de 2010
Eliana miraba el monitor de su computadora, el azul dominante de la página de Facebook le llenaba la retina. Por enésima vez se preguntaba por que mantenía su face, siempre con las mismas charlas estúpidas y supuestas amistades vacías.
Al día siguiente era su cumpleaños y mientras miraba sus notificaciones llegó una solicitud de amistad de Juan Pablo Iriarte y un mensaje: “Mañana es tu cumpleaños y quiero besarte” Con el pulso acelerado aceptó la solicitud, respondió el mensaje y curioseó su perfil. Todo el día estuvo pendiente de Facebook, pero recién por la noche Juan se conectó y chatearon más de tres horas sobre trabajo, hijos, parejas, la separación de ella, los viajes de él, todo eso pero con una única idea urgente y poderosa: Volver a fundirse juntos en ese fuego que sólo ellos sabían encender. Cuando Eliana le preguntó por la moto que aparecía en la foto de perfil de Juan, él le contó que la compró en Brasil, modificada para correr, cuatro años después de verla por última vez y que cuando alguien le había dado su nueva dirección en Buenos Aires había salido con la moto a buscarla en su cumpleaños pero tuvo un accidente grave y las consecuencias no le permitieron buscarla de nuevo, hasta que la encontró en Facebook. En ese momento le preguntó:
-Eli, ¿querés venirte mañana a mi casa de San Telmo, aunque sea un rato? Es que después me voy a Misiones-
Eliana no dudó
-Bueno, a la noche, cuando los chicos se vayan con su papá-
Y pasaron juntos toda la noche del cumpleaños de Eliana en la casa antigua, para ella fue un lugar mágico, con casi todos los muebles cubiertos con telas, libros viejos, cajas, partes de motos y un sinfín de cosas que Juan dijo que no usaba porque casi no paraba en Buenos Aires y por eso mantenía casi todo guardado. La sorprendió que Juan pareciera tan joven, como si el tiempo no hubiera pasado para él, pero...¿que le importaba? Para los dos, lo único importante era sentirse la piel, las bocas hambrientas del cuerpo del otro, las manos febriles regalando caricias de fuego, y ese fuego, ese olor que hacían juntos, hasta dormirse entrelazados y agotados
Eliana se despertó sola en la casona, con una rosa a su lado y una nota de Juan donde le pedía perdón por dejarla sola pero iba a perder el avión a Misiones si se quedaba y le prometía contactarla por Facebook.
Así comenzaron una rutina casi diaria de chat, a veces recordando las cosas que hacían cuando se conocieron, como encontrarse en la terraza de un edificio los días de tormenta, para hacer el amor bajo la lluvia, o mandarse canciones por la radio usando sus iniciales. Siempre habían tenia una obsesión por mantener oculta su relación, para ahorrarse responder preguntas obvias y escuchar comentarios inútiles, porque ¿como explicar que no eran amigos ni estaban enamorados y sin embargo sentían algo mucho más poderoso que el amor y la atracción física? La de ellos era una unión basada en el sexo, el secreto y la libertad.
Algunos días Eli le contaba cosas sobre sus hijos pero Juan casi no decía nada de su vida actual, solo sobre sus trabajos en Brasil y Misiones, de lo personal solo le dijo que se había separado años atrás, unos meses antes del accidente y que no tenía hijos. Tampoco publicaba fotos o hacia amistades nuevas, lo único eran post de música que Eliana sabia que eran para ella. Él le decía que no quería tener mucha gente, que por ahora, el Facebook era su refugio en común, hasta que volviera a Buenos Aires.
Después de un par de semanas, Eli recibió en su celular una llamada sin ID: “Hola Fugitiva” le dijo la voz de Juan Pablo y enseguida a ella se el erizó la piel. “Te llamo de la empresa de turismo, te paso mi número de celu”
-No aguantaba más sin escucharte y me falta un tiempo todavía para poder verte de nuevo, por eso te llamo-
Ella estaba tan sorprendida que ni se le ocurrió preguntarle como había conseguido su número ni por que parecía que le hablaba desde muy lejos, como si no tuviera casi señal. Sólo escuchar la voz de él le traía ese vértigo de placer tan familiar y tan de ellos y de a poco, con las palabras, él la fue llevando, excitándola, incitándola de nuevo a algo prohibido , crudo y salvaje como él mismo cuando le dijo:
-Fugitiva, ¿viste que hay una forma de sexo que nunca hicimos? Y nos quedan más-
Y así, cada vez que ella estaba sola, jugaban al amor por teléfono, hasta que una noche Juan le anunció que al día siguiente iría a verla, el 30 de junio. Se citaron en un bar, Eli llegó puntual y lo esperó más de dos horas, llamando a cada rato a su celular, para escuchar una máquina que le decía que llamaba a un numero inexistente. Volvió a probar varias veces y siempre lo mismo, aunque era imposible por que a la mañana habían hablado para confirmar el lugar y horario de la cita.
Cuando Eliana llegó a su casa se encerró en su cuarto para abrir su Facebook para releer el último chat que tuvo con Juan Pablo para volver a confirmar que la cita era donde ella estuvo, así que se dirigió al perfil de Juan, con la esperanza de que él le hubiera dejado alguna pista en una publicación, pero el monitor le informó que el perfil requerido nunca había existido o que había sido dado de baja. ¿Como podía ser?
Volvió a los mensajes y ahí estaban. La última frase de Juan: “Voy con la moto, así nos escapamos como la primera vez por que aunque no sea tu cumpleaños, me muero por besarte”
Durante dos semanas Eliana llamó todos los días al celular de Juan, lo buscó en Facebook de todas las formas posibles. Llamó a todas las agencias de turismo de Entre Ríos, Misiones, Brasil, Uruguay y Buenos Aires y en ninguna sabían quien era Juan Pablo.
Ya desesperada, empezó a llamar a clínicas y hospitales, sin resultados. Nunca dudó que a Juan le había pasado algo grave, para dejar de comunicarse con ella. Jamás pensó que la abandonaría sin decirle nada.
Finalmente recurrió a Ramiro, el amigo de Juan y ella en su adolescencia, por que trabajaba en el Registro Nacional de las Personas. Solo una llamada alcanzó para que Ramiro se comprometiera a hacer todo lo posible por encontrarlo. Durante las cinco noches que siguieron ella soñó con Juan que le hacía el amor mil veces y cada una le decía: “No podía irme, tenía que besarte”. Ese sueño le daba esperanzas, sentía que él también la buscaba de alguna forma, aunque no comprendía por que no podía encontrarla, hasta que una mañana Ramiro la llamó diciendo que tenia noticias y la citó en un tribunal...

Epílogo
Ahí estaban ahora, esperando un empleado que prometió traerles el expediente de Juan Pablo. Durante la espera, Eli le contó a Ramiro todo lo que había pasado desde que encontró a Juan en Facebook y él le creyó. Una puerta se abrió, interrumpiendo su charla y un hombre de cara seria les dijo:
Señores, lamento mucho decirles esto, pero la persona que buscan está fallecida, hace varios años, un accidente en moto, aquí están el informe y el certificado de defunción”
Eliana estaba congelada, Ramiro abrió la carpeta y leyó la fecha de la muerte de Juan: 15 de junio de 2005, el día del cumpleaños de Eli, cinco años atrás.

Sofi Morocha 15 de febrero de 2012












martes, 21 de agosto de 2012

Fragmento de "Crónicas del Ángel Gris" de Alejandro Dolina - Sofi

Y esto y mucho más somos Juana y yo...una obra terminada y a la vez reiniciada, cada dia....
"...Yo que he tenido la ocasiòn de ser admitido como asistente por algunos artistas, me permitirè unas modestias recomandaciones.
La primera es eligir un par. No es honesto aprovechar el talento o el prestigio de alguien mejor que uno. Y también es penoso detenerse cada tres pasos para esperar a un insolvente.
La segunda es también la ùltima: es conveniente, antes de escribir con alguien, practicar la amistad, compartir aventuras y desaventuras durante algunos años, cultivar el afecto y la compasiòn, generar el respeto y la comprensiòn tolerante. Después, recién entonces, uno podrà decir que està listo para empezar la obra.
Pero la obra ya estarà terminada."

Extraído de "Arte en colaboración", de las "Crónicas del Ángel Gris" de Alejandro Dolina